Este proyecto, surge gracias al descubrimiento del primer clítoris 3d de código abierto, proyecto perteneciente a la investigadora Odile Fillod y el encanto de contemplar en detalle la morfología, de aquello que suele definirse femenino en lo exterior e interior. Cada una de las piezas, el pezón y los 4 clítoris, fueron fundidas a la cera perdida y bañadas posteriormente en oro de 24 kilates.